Como manchas de tinta azul en los dedos, como cordones
de zapatos desatados, como las apuradas por llegar tarde a una reunión, como
los pequeños espacios por los que entra el agua en las tormentas, como la caída
accidental de una taza, como mis mañanas con tropiezos y desvanes, como mi alma
alborotada, así como así, de pronto… llegó a enlazarse con la suya.
Pienso despacito para que las ideas no se me escapen, quiero
amontonarlas porque las descaradas corretean en mi mente. Pienso despacito para
recordarlo todo. Pienso despacito porque es lo que me ha quedado. Un enorme
cofre donde guardo una porción de su corazón, que me regaló sin pensarlo, y
un mapa con las rutas que recorrimos juntos, con sus tribulaciones, sus
maravillosos senderos, y sus inentendibles atajos. Nos guiaba esa luz que
parpadeó incesantemente, y de a ratos pretende asomarse para indicarme que
sigue allí.
Pienso despacito. A dónde ir. Cómo seguir. Me estanco por enésima vez. Y pretendo
esconderme, detrás de una sonrisa forzada y alguna noche de alcohol.
Pero lo sé. Lo sabe. Volveré a estallar, volveré a
extrañar, volveré a él.
Soy Mc.-
Soy Mc.-
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