Su respiración marca mis pasos, dentro de un silencio sepulcral, en el que aún distingo las mañanas grises entre arcoiris, pero sé que la ruina no es tan grande como el anhelo. De querer y creer... que todo fue cierto.
De entender que no fue un cuento.
De volver a saborear el encuentro.
De no temer lo incierto.
Y saberlo eterno.
Soy Mc.-
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